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lunes, 15 de septiembre de 2025

A MI MADRINA, LUZ EN L DISTANCIA

 







A mi madrina, luz en la distancia


En el jardín de mis recuerdos,

donde florecen las risas y los abrazos,

tu voz es un susurro de brisa suave,

una melodía que acaricia el alma,

siempre presente, aunque el tiempo nos separe.


Eras el sol que iluminaba mis días,

la primera en saludarme,

como un rayo dorado que despierta al alba,

tejiendo con hilos de amor

el tapado que envolvió a mi hija,

un abrigo de fe y ternura,

un legado de tu generosidad infinita.


En tu hogar, cada rincón era un refugio,

un santuario de risas y dulces aromas,

donde el mate danzaba en el aire,

y las historias se entrelazaban 


tú, con tu cobijo maternal,

un faro en la espera,

un abrazo que nunca se olvida.


Hoy, en este instante de memoria,

no te despido, querida madrina,

pues me queda tu esencia en cada latido,

en cada paso que doy,

eres parte de mi ser,

una estrella que brilla en mi corazón,

un eco de amor que nunca se apaga.


Tu legado vive en mí,

como un río que fluye sin cesar,

y aunque la distancia nos separe,

tu luz siempre guiará mi andar.

Gracias por ser el ángel que me acompaña,

por cada momento compartido,

por ser la madre de mi alma,

en este viaje llamado vida.

Marcela Barrientos 23-01-2025

Derechos de autora reservados

Argentina 

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