Viniste aquella anunciada Navidad
a cumplir tu destino de Cruz,
como ejemplo de extrema Caridad
fuiste fiel testimonio de Luz.
A pesar de ser el Hijo del Hombre
fuiste un ser humano sin privilegio.
Tal vez por eso a muchos asombre
como resolviste esa especie de sortilegio.
Eras aquel Mesías esperado
que nos salvarías de nuestra eterna condena
a causa de aquel primer pecado
que nos desterro del paraíso como pena.
Pasaste treinta años en la oscuridad
de la vida diaria te hiciste cargo
saliste tres años de la clandestinidad
a andar tu camino de amor sin embargo.
Santa Semana de Redención
que con tu vida ofreciste
para ser nuestra Salvación
ya que la muerte venciste.
MARCELA
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