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jueves, 2 de mayo de 2024

EL CUARTO DEL RESCATE

 





Titulo: El cuarto del rescate


En el Cuarto del rescate yace Atahualpa,

prisionero de la avaricia y la traición,

su dignidad humillada, su corazón roto,

mientras el oro reluce en cada rincón.


Las paredes de piedra lo observan con desdén,

testigos silenciosos de su sufrimiento,

las cadenas retumban en la fría penumbra,

su alma noble se consume en el tormento.


El brillo del metal no puede consolarlo,

ninguna riqueza vale su libertad,

su pueblo llora en silencio su desgracia,

ningún oro valió tanta deshonra y maldad.


Atahualpa, prisionero de su grandeza,

sus ojos reflejan la tristeza profunda,

su espíritu lucha por mantener la fortaleza,

aunque su cuerpo se debilite en la confusión.


En el Cuarto del rescate, en medio de la opulencia,

Atahualpa es un prisionero de la ambición,

su espíritu indomable, su resistencia,

aunque su destino esté marcado por la traición.


¡Oh noble Atahualpa, no estás solo en tu dolor,

tu valentía resuena en cada rincón,

aunque el oro brille en esta oscura prisión,

tu luz interior nunca será vencida por la traición!

Marcela Barrientos 01/05/2024 

Derechos de autora reservados

Argentina


N. de R.: Grcias a la colaboración del escritor de Cajamarca, Perú, por esta aclración hacia el nombre de Atahualpa: "Felicitaciones, Marcelita, y gratitud por dedicar tus versos a nuestro Inca Atabalipa, que los invasores "renombraron" Atawalpa (uno de sus afanes era aplicar H, Z y otros detalles propios del idioma español o castellano y así deformar el kechwa, procurando que se esfume a punta de deformarlo. Me gustó tu poema."


HUAYRAPONGO

 



Título: Huayrapongo 


En Huayrapongo, valle de viento frescos

donde el tiempo se detiene en cada suspiro,

nos asombra Callacpuma y su plaza megalítica,

un misterio más antiguo que las pirámides.


El cerro, testigo de la historia ancestral,

lleva impreso tímidas pinturas primitivas, 


historias de antaño en su lenguaje visual,

susurros del pasado teñido de matices rojos.


Es curioso que despiertan con la humedad y el sol,

que permiten que las imágenes cobren vida en la piedra,

y así la cueva de Pumahushco, revive eternamente 

ante los ojos intrusos de los extraños visitantes.



Una puerta al ayer prehispánico abierta por una brisa

que murmura secretos de tiempos remotos.

Las pinturas rupestres son testigos silentes,

de una historia sin fin, en el paisaje grabados.

Marcela Barrientos 01/05/2024 

Derechos de autora reservados

Argentina



jueves, 25 de abril de 2024

¡Gracias por tu amistad sincera!






Gracias Isabel San José Mellado