un coronel ciego y un joven estudiante,
nos demuestran que no todo es estricto,
que siempre hay una salida pendiente.
La rivalidad entre riqueza y pobreza.
La dualidad entre verdad o silencio.
La vacilación entre alegría y tristeza.
La elección entre la vida y el suicidio.
La ceguera puede ser física
pero jamás se puede cegar el alma.
Sentir en la piel la música
mientras baila un tango con calma.
Tal vez esconderse en una personalidad
supuestamente amargada es la lógica.
Pero también hace que triunfe la honestidad
De su acompañante con gran retórica.
MARCELA BARRIENTOS 16/10/2014 ©
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