Confieso que no
conocía tu historia.
Tal vez porque no
somos del mismo país.
Pero me atraen las
personas humanitarias
y eso es lo que
aprendí leyendo tu raíz.
Todo lo que se haga
por la humanidad,
nunca deja de tener un
valor verdadero.
Todo lo que se haga
con la tonta vanidad
de creer que sólo la
riqueza mueve al mundo entero.
Caminas por la vida
con completa seguridad,
las manos abiertas y
el corazón dispuesto.
Confías en lo esencial
de la sincera amistad
que cura heridas del
alma y del cuerpo.
¡Qué siempre haya
quien siga tus huellas!.
¡Qué tu lucha y fervor
no se acaben jamás!.
Porque hay muchas
necesidades irresueltas
y pocas manos que
quieran el dolor calmar.
MARCELA BARRIENTOS
30/06/2015 ©
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ARGENTINA
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