¿De qué culpamos a los refugiados?
¿De buscar su derecho a la libertad?.
¿De querer vivir sin misiles amenazantes?
¿De no querer morir por el fanatismo?...
Todos los hombres del mundo poseemos
derechos inalienables de crecer libres.
¿Acaso es un pecado huir de la violencia?
Hizo falta la muerte de un angelito,
cuyos padres quisieron darle una vida mejor
para despertar la conciencia del mundo
preocupada por la sociedad de consumo,
preocupada por los intereses mezquinos,
donde las crudas guerras y el narcotráfico
gozan de una impunidad que da miedo.
¿De qué culpamos a los refugiados?
¿De querer una vida mínimamente mejor?
¿De querer que sus hijos crezcan en paz?
Acaso no es lo que queremos la mayoría
pero a la hora de decidir lo hace una minoría
que nos representa solamente en la teoría.
En el mundo al revés se castiga al inocente
sólo por querer vivir con su dignidad inherente.
MARCELA BARRIENTOS 05/09/2015
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ARGENTINA
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