Me siento disminuida en mi género,
sabiendo que en este nuevo milenio,
sigue existiendo este mal tan antiguo
como la misma humanidad,tal vez.
Me siento desvalorizada en mi género,
sabiendo que hay mujeres abusadas,
violando lo que le es propio :su dignidad,
esclavizando sus vidas ,explotándolas.
Me siento vulnerable en mi género,
sabiendo que aún con tanta tecnología,
nada ha cambiado en el corazón humano,
¿acaso no es cruel lucrar con las víctimas?
Lo peor es que la ley de la oferta y la demanda
no acabará con este flagelo si siguen pagando,
por esta vil y denigrante esclavitud organizada
de las que son prisioneras y sometidas con violencia.
Intereses creados en contra de los Derechos Humanos,
Protocolos firmados que logran ser dudosamente burlados.
Mujeres y niños indefensos reducidos al comercio de su vida
como la peor muestra de lo miserable que hay en el hombre.
MARCELA BARRIENTOS 17/02/2016 ©
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