A MI PADRE (CARTA)
Te busco en el cielo infinito en cada noche estrellada, busco tus ojos, tu sonrisa y tu mano extendida.
Siempre decimos que los seres queridos se convierten en estrellas y nos refugiamos mirando el cielo, con la seguridad de que nos guían desde allá. O también decimos que son nuestros Ángeles especiales que nos cuidan y nunca nos abandonan.
Tu partida me dejó vacía de tu presencia física, pero llena de todo el amor incondicional que me distes todos estos años. Y me acompaña todo lo que aprendí de vos, desde la honestidad, hasta la humildad, el don de gente y la sabiduría que dan sólo los años. Ninguna escuela ni academia enseña lo que el valioso ejemplo de un padre como lo fuiste vos.
A la hora del adiós, no hay palabras sólo un nudo en la garganta atravesada por tantas palabras y sentimientos.
Gracias papá, porque mi historia no sería completa sin ti, porque el ADN no hace padre a nadie. Sólo un gran corazón como el tuyo lo hace.
Te amo
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