A MI MADRE, MI ROSA SIN ESPINA
Mi rosa sin espinas, mi querida madre,
la que siempre estuvo agradecida,
la que hoy extraño desde lo profundo de mi ser.
Ella, mi cobijo, mi ejemplo a seguir, mi guía,
la que siempre estuvo hasta el final en todo.
Mi querida madre, mi rosa sin espinas,
era un Rosario de rezos por todos y cada uno,
sólo flores, sólo suaves pétalos y dulce aroma
Tu corazón fue mi alimento, no necesitamos sangre,
solo me tomaste en tus brazos y me envolviste.
Amor puro, amor sin pedir nada a cambio,
amor único, mi rosa sin espinas, ¡tan generosa!
La que siempre decía sí para dar una mano,
la que estaba siempre dispuesta a un festejo,
la que no pedía nada, absolutamente nada a cambio.
Mi rosa sin espina, mi querida madre,
que me aceptó sin condiciones, para siempre,
hoy mis versos escritos con lágrimas de amor
son mi homenaje a ese amor sin espinas
tan delicado como una rosa que nadie igualará.
Marcela Barrientos 09/07/2020 Copyright
Derechos de Autora Reservados
Argentina
Mi rosa sin espinas, mi querida madre,
la que siempre estuvo agradecida,
la que hoy extraño desde lo profundo de mi ser.
Ella, mi cobijo, mi ejemplo a seguir, mi guía,
la que siempre estuvo hasta el final en todo.
Mi querida madre, mi rosa sin espinas,
era un Rosario de rezos por todos y cada uno,
sólo flores, sólo suaves pétalos y dulce aroma
Tu corazón fue mi alimento, no necesitamos sangre,
solo me tomaste en tus brazos y me envolviste.
Amor puro, amor sin pedir nada a cambio,
amor único, mi rosa sin espinas, ¡tan generosa!
La que siempre decía sí para dar una mano,
la que estaba siempre dispuesta a un festejo,
la que no pedía nada, absolutamente nada a cambio.
Mi rosa sin espina, mi querida madre,
que me aceptó sin condiciones, para siempre,
hoy mis versos escritos con lágrimas de amor
son mi homenaje a ese amor sin espinas
tan delicado como una rosa que nadie igualará.
Marcela Barrientos 09/07/2020 Copyright
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Argentina
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