PLAYA NOCTURNA
La inmensidad del mar es atrayente,
especialmente en la playa nocturna.
Sin tanta gente alrededor es maravilloso,
el ruido de las olas rompen el silencio,
tal vez sean las sirenas que se animan a salir.
La luna mareada de amor se baña en el mar,
y las mareas descubren a mi mítica sirena íntima,
esa que he intentado ser desde mis versos profundos.
Recuerdo caminatas nocturnas en playas lejanas,
el olor a sal, la arena mojada, la quietud de la noche,
la sonoridad que traía y llevaba un halo de misterio.
No me sentía cómoda en la playa diurna, hastiada de personas,
prefería la soledad del vacío, ese misterioso momento único
donde no había bullicio y podía sentirme dueña de sus secretos.
El mar, la luna y una parte de mi intentaban fusionarse
había más magia en la oscuridad que despertaba algo en mi,
una curiosidad tan asombrosa como insondable, como mi ser.
Marcela Barrientos 04/08/2020 Copyright
Derechos de Autora Reservados
Argentina
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