MI MEJOR PRELUDIO
Infancia, mi magnífico preludio de la vida,
baúl cargado de recuerdos, de inocencia,
de montones de amigos, de vereda y juegos.
Canciones, charlas, fiestas de cumpleaños,
Felicidad con tan poco a comparación de ahora,
sin tantos caprichos, sin saber cosas de adultos,
solo gozar de ser niños sanos, con o sin juguetes
solo con la imaginación bastaba para pasarla bien.
Hoy la memoria me lleva a esa época de felicidad
donde viví los momentos más genuinos sin disfraz,
hoy cierro los ojos buscando esos recuerdos bellos,
mientras escucho risas, madres hablando y hallo paz.
Nunca sentí la necesidad de crecer de golpe y ser mayor
ni quemar etapas, disfruté cada año con alegría.
Siento que ese preludio de la vida que fue mi infancia
la gocé de verdad sin los miedos que hoy existen,
con la seguridad que nada malo iba a pasarnos,
sin necesidad de fumar o beber…de drogas ni se hablaba,
¡éramos niños, los adultos cuidaban nuestra pureza,
había cosas que no eran para los niños y lo entendíamos así!
¿Éramos ingenuos?- Sí, tal vez sí, y hoy me alegro de eso,
de haber creído en Papá Noel, de ir creciendo de a poco,
y les agradezco a mis padres por dejarme vivir la infancia
sin llenarme de basura tóxica, ya iba a tener tiempo para eso,
porque hay una edad para cada cosa y la edad de los juegos,
de las risas, de la candidez, esa edad si se pierde no regresa.
Marcela Barrientos – 14/11/2020
Derechos de Autora Reservados-
Argentina
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