Duele ver detrás de la mirilla,
alimentando la muralla del miedo,
simulando triste una vida plena
y envuelta en el silencio del dolor.
Duele esconderse tras la puerta
que divide lo seguro de la fantasía,
viviendo una vida de viva muerta
envuelta en la angustia y la melancolía.
Duele sentirse fuera del mundo
temiendo la violencia y el descontrol,
simplemente recordando un pasado
que hoy son hojas de un otoño dorado.
Duele preguntarse que hay más allá
de esa frontera oscura e imaginaria
que se oculta tras la pequeña mirilla
sin osar abrir la puerta de la libertad.
Marcela Barrientos 11/05/2021 Copyright
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Argentina
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