Luna del Paraná
Irupé era una doncella guaraní que estaba hipnotizada por la luna. Cada noche admiraba su resplandor y deseaba tener su blancura.
Atravesó varias aventuras para intentar acercarse a ella, desde trepar los árboles más altos de la región alzando sus brazos para intentar ser salpicada por parte de su luz lunar y así obtener lo que quería , hasta subir las mayores montañas de nuestro país con la esperanza de acercarse a ella.
Tras tantos vamos intentos regresó a su tierra donde el río Paraná dominaba la región. Una noche vio a la luna reflejada en las aguas con su máximo esplendor.
Llena de emoción se arroja al río con el afán de llegar hacia ella y poder por fin absorber esa esencia lunar tan brillante.
Lamentablemente esa decisión la llevó a perderse entre las aguas profundas.
La noticia llegó a Tupá, dios de su pueblo guaraní, quien conmovido por la historia hizo surgir una planta desconocida con hoja en forma de plato redondo cual la misma luna y desde cuyo centro nacería una flor tan blanca como ella a la que llamó como la joven india, Irupé.
Hoy el río Paraná está vestido de éstas hermosas flores como si tuviera su luna propia para toda la eternidad.
Marcela Barrientos 07-11-2022
Derechos de autora Reservados
Argentina
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