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sábado, 26 de marzo de 2016

PERDÓNALOS ,NO SABEN LO QUE HACEN



Un Domingo entraste triunfal a Jerusalén

sabiendo que allí ibas a ser entregado,
que tu hora predestinada ya había llegado,
Era tu misión desde que naciste allá en Belén.
El jueves fue el día preparado para tu última Cena,
donde dejaste tu Cuerpo y tu Sangre como ofrenda,
y la vocación del auténtico servicio en el sacerdocio.
Lavaste los pies a tus discípulos como signo de humildad,
la misma que te trajo al mundo en un pobre pesebre.
Luego de la Cena,partiste al Huerto de los Olivos,
allí estaba planeada la traidora entrega a los romanos.
Y luego vinieron las tres negaciones de Simón Pedro .
Tu presencia ante un Pilato que se lavas la manos,
aún sabiendo de tu inocencia,permite que el pueblo decida.
Aceptaste la flagelación y hasta una corona de espina.
Pero faltaba más,debías cargar una Cruz hasta el Calvario.
En el camino estaba tu Madre que te acompañó hasta el fin.
Diste tu vida en reparación de todos nuestros pecados,
y tus palabras finales fueron de perdón misericordioso.
Perdón que se extiende desde aquel oscuro día de tu muerte.
Perdón que ahora es la Luz que nos redime y nos une.
Perdón que sirve para reparar heridas, aún las más profundas.
MARCELA BARRIENTOS 25/03/2016 ©
DERECHOS DE AUTORA RESERVADOS
ARGENTINA

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