SÓLO EXISTO YO
Dicen que todos los extremos son malos.Y ella era uno de esos extremos.Tal vez se sufra menos,tal vez se gane más.No lo sé.Pero a ella sólo le importaba ella,lo que necesitaba ella.
No había sensibilidad en su mirada,hasta se diría que todo le era indiferente siempre y cuando no la afectara personalmente.
Se casó por interés,él era el más rico del lugar.¿Lo amaba?,nunca lo pensó.Y fue madre porque se esperaba eso de ella,aunque casi nunca tuvo gestos de cariños hacia el niño,que se crió entre mimos de sus abuelos y una niñera.
Ella,ella volvió al gimnasio,estudio una carrera,viajaba.Nunca estaba mal vestida,ni se la veía sin maquillaje.Pasó sus años rodeada de gente tan frívola como ella.
Fiestas,lujos,spa,eventos,así eran sus fines de semana.Mientras su hijo crecía y su esposo se sentía entre seguir sus capricho o verlo crecer.
La belleza fue su arma,la ironía en su hablar,la armonía al caminar.Si no le convenía ,entonces no era para ella.Su ecuación debía darle siempre ganancia.
La felicidad para ella era lograr todo lo que se proponía,sin importar el precio,ni a quien debía comprar.Se podía dar el lujo de ser así y nadie podía criticarla.
Con el paso de los años empezaron sus cirugías al principio mínimas,innotables,suspicaces.Su status se lo permitía y no podía ser menos que las demás.
¿Qué opinaba su marido,su hijo,o su familia?.¿Acaso importaba?.Era su vida y a nadie le importaba si era lo que ella quería.
Los demás giraban alrededor de sus caprichos y necesidades.Todo estaba organizado por ella.
Su recompensa era las miradas masculinas y las palabras vacías sobre su imagen.¿Qué se podía decir,acaso de su alma?.Todo lo que valía para ella era lo que se veía,lo tangible.
Pero la vida avanza,no hay cirugía que detenga el tiempo.Y el hijo se hace grande,no hay tiempo que se detenga.Y la familia y amigos van partiendo.
Y llega el tiempo de la cosecha,y llega el tiempo en que la soledad es lo único que se recoge
MARCELA BARRIENTOS 10/03/2016 ©
DERECHOS DE AUTORA RESERVADOS
ARGENTINA
No había sensibilidad en su mirada,hasta se diría que todo le era indiferente siempre y cuando no la afectara personalmente.
Se casó por interés,él era el más rico del lugar.¿Lo amaba?,nunca lo pensó.Y fue madre porque se esperaba eso de ella,aunque casi nunca tuvo gestos de cariños hacia el niño,que se crió entre mimos de sus abuelos y una niñera.
Ella,ella volvió al gimnasio,estudio una carrera,viajaba.Nunca estaba mal vestida,ni se la veía sin maquillaje.Pasó sus años rodeada de gente tan frívola como ella.
Fiestas,lujos,spa,eventos,así eran sus fines de semana.Mientras su hijo crecía y su esposo se sentía entre seguir sus capricho o verlo crecer.
La belleza fue su arma,la ironía en su hablar,la armonía al caminar.Si no le convenía ,entonces no era para ella.Su ecuación debía darle siempre ganancia.
La felicidad para ella era lograr todo lo que se proponía,sin importar el precio,ni a quien debía comprar.Se podía dar el lujo de ser así y nadie podía criticarla.
Con el paso de los años empezaron sus cirugías al principio mínimas,innotables,suspicaces.Su status se lo permitía y no podía ser menos que las demás.
¿Qué opinaba su marido,su hijo,o su familia?.¿Acaso importaba?.Era su vida y a nadie le importaba si era lo que ella quería.
Los demás giraban alrededor de sus caprichos y necesidades.Todo estaba organizado por ella.
Su recompensa era las miradas masculinas y las palabras vacías sobre su imagen.¿Qué se podía decir,acaso de su alma?.Todo lo que valía para ella era lo que se veía,lo tangible.
Pero la vida avanza,no hay cirugía que detenga el tiempo.Y el hijo se hace grande,no hay tiempo que se detenga.Y la familia y amigos van partiendo.
Y llega el tiempo de la cosecha,y llega el tiempo en que la soledad es lo único que se recoge
MARCELA BARRIENTOS 10/03/2016 ©
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