Con ramos y cánticos te recibieron:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor!."
Montado en un burro y aclamado por la multitud.
Así comenzaba tu Pasión, Muerte y Resurrección.
En tu Última Cena lavaste los pies de tus discípulos
y nos dejaste la Eucaristía como alimento Sagrado,
símbolo de tu Cuerpo y Sangre que ibas a entregar.
Y aun sabiendo que ibas a ser traicionado por judas
en Getsemaní mostrando tu condición humana oraste:
"Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz.
Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya"..
¡Sí, uno de los tuyos, como hoy nosotros mismos
con un beso falso continuamos traicionándote!
Llegado el juicio, Poncio Pilatos sus manos se lava,
soltando a Barrabás a pedido de tu pueblo reunido.
Una vez condenado comienza las torturas y el Vía Crucis.
Caídas, el Cirineo, la Verónica, tu madre, y tu consuelo.
Reparten tus vestiduras antes de ser crucificado,
pero Tú pides al Padre que nos perdone antes de expirar.
Y otra vez tu madre como en Belén te recibe en sus brazos.
Desde el Santo Sepulcro, y como estaba escrito, al tercer día
Domingo de Gloria ... Domingo de Resurrección.
Marcela Barrientos 28/03/2018 Copyright
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