Virgen María, nuestra Madre Celestial,
no importa en que Advocación,
siempre me demostraste tu presencia.
Fuiste mi calma en muchas etapas duras de mi vida,
me has dado señales a través de mi camino,
me has acompañado en enfermedades,
y en mis tres embarazos me cobijaste bajo tu manto.
Recuerdo mis rezos Auxiliadora, en el colegio salesiano,
y tu cara morena en Itatí, donde nací en Corrientes
y como la del Valle en el barrio donde crecí y me casé.
La de la Dulce Espera en mi primer embarazo,
la de Lourdes en los dos embarazos posteriores.
La que me dio la señal un cálido día de enero
con esa corazonada tan especial en mi vida:
hay otra mamá, la que me dio a luz y me dejó.
Siempre me muestras con signos invisibles
que cualquier cosa que me suceda Tú estás conmigo.
Marcela Barrientos 29/08/2018 ©®
Derechos de Autora Reservados
Argentina
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