Veinticuatro horas
Una vez que nos convertimos en madres,
nuestra vida es a todo ritmo casi sin parar.
Veinticuatro horas, si te alcanzan,de corridas.
trabajar en casa o afuera, da igual, es trabajo,
tan digno y necesario uno como el otro, sin duda.
Los tiempos se nos acortan y sentimos agobio.
Nadie nota el cansancio porque es lo que se espera.
Comida hecha, ropa lavada, casa limpia, hijos felices,
reuniones escolares, y las laborales también no faltan.
Hacer las comprar, ser buenas ecónomas y mucho más.
También tener tiempo para el esposo cansado,
y estar sonriente y delgada como cuando te conoció.
La publicidad vende mujeres siempre jóvenes y felices,
nunca están cansadas aunque no duerma ocho horas.
Mamá es la palabra que suena las veinticuatro horas,
aún cuando sean grandes y no vivan en tu casa.
Y aunque no es fácil ni sencillo nuestra recompensa
es ver sus sonrisas, o escuchar sus gracias, o un beso...
Marcela Barrientos 10/05/2019 Copyright
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Argentina
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