sábado, 4 de abril de 2020
BENDICIÓN CELESTIAL
BENDICIÓN CELESTIAL
La lluvia me sorprendió caminando,
no quise apurar mis pasos, la disfruté,
para mí, fue una bendición celestial,
tras esas jornadas de abrumador calor.
La lluvia me resultó apaciguante aquel día,
con una ligera sensación de alivio y paz.
No había razón para correr, todo lo contrario
sus gotas eran refrescantes y sosegantes.
La lluvia me acompañó en el largo camino
y lo hizo menos agotador y más llevadero.
Me empapó de sensaciones envolventes
llenas de su bendito petricor circundante.
La lluvia me daba húmedos toques invisibles,
cientos de gotas de maravillosa agua me mojaban
y yo las sentía como una bendición especial,
que me ayudaban a aligerar mis pensamientos.
La lluvia me murmuraba que su ciclo era vital,
que aunque se vaya por un tiempo, ella regresaría,
y seguiría transformando algunos días cansadores
bendiciendo la tierra y mis pasos itinerantes en ella.
Marcela Barrientos 04/04/2020 Copyright
Derechos de Autora Reservados
Argentina
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