MIRADA DE MADRE
Madre, te bastaba solo verme
para saber si algo me pasaba,
estabas siempre atenta a todo,
en especial a tus nietos mimados.
Aún en tu último tiempo, intuías,
ya no nos podías ver con los ojos,
pero si nos mirabas desde el alma,
y yo sé que sabías más de lo que decías.
Nunca esperabas que te llamáramos,
simplemente estabas allí, siempre dispuesta,
ofreciendo tus manoos abiertas con amor
sin pedir nada, absolutamente nada a cambio.
¡Gracias Dios por darme a mi madre,
tan generosa, tan servicial, tan sencilla,
de brazo extendido, de detalles sin fechas,
de un corazón de oro, hoy un Ángel en el cielo!
Marcela Barrientos 19/05/2020 C opyright
Derechos de Autora Reservados
Argentina
0 comentarios:
Publicar un comentario