Adiós septiembre, te llevaste la segunda persona más buena que Dios puso en mi camino.
Para muchos pasó desapercibida, me dolió la soledad de tu despedida y las excusas que dieron muchos y el silencio de otros tantos.
A los poquitos que estuvieron, mi eterno agradecimiento.
Octubre será mi primer Día de la Madre sin ti, una MADRE con mayúscula.
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