Mamá, hoy me toca cuidarte a vos cada día
y aunque haya días difíciles por tu enfermedad,
no olvidaré nunca que tú fuiste mi luz y guía.
Contigo aprendí sobre la Fe, el amor y la piedad.
A veces cuesta verte, así, tan frágil y tan distante
porque en mi recuerdos eras una gran luchadora.
Ya tu andar es inseguro, y tu memoria titubeante,
cuando siempre eras la madre presente y acogedora.
Hoy vivimos el amor de madre e hija día a día,
con las necesidades que se presentan en el instante .
Enfrentas tu nueva situación con mucha valentía,
Y a pesar de las dificultades aún sigues adelante.
MARCELA BARRIENTOS 09/05/2016 ©
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