PSICOSIS
De repente una pandemia,
algo solo leído en la historia.
Sorpresivamente tuvimos
que enfrentar a dos enemigos:
un virus invisible y contagioso
y a nuestra propia capacidad
de saber convivir con lo que somos.
Y nos dimos cuenta que ambos
eran igualmente peligrosos.
Uno atacaba el cuerpo físico
y el otro nuestro ser desconocido,
ese que tapábamos con excusas.
Y cuando pudimos hacer todo eso
de lo que antes carecíamos tiempo
nos dimos cuenta de nuestros límites.
Doblemente encerrados buscamos
una salida en la tecnología ilimitada,
nos llenamos de comunicaciones,
muchas justificadas y necesarias
pero otras mostraron nuestra tendencia
de llenarnos de obligaciones virtuales,
para evadirnos de ver nuestro interior.
Preferimos invadirnos de zooms
como si fueran espejos ilusorios
de mostrarnos superados y modernos.
Es difícil encontrar un sano equilibrio
y ser capaces de evitar falsas exposiciones
sin olvidarnos de cuidar nuestra esencia
e incluso de solucionar los pendientes.
Nos creímos protagonistas de un film futurista
ésos donde el protagonista tiene todo claro
aunque la realidad nos mostró vulnerables
y todo aquello que ocultábamos a diario.
De repente una pandemia y la psicosis
y la íntima certeza que ya nada será igual.
Marcela Barrientos 29/08/2021
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