Nací
Y un día nací,
entre millones de posibilidades,
siendo la unión de dos seres
que formaron mi ADN existencial.
Tomé aire por primera vez,
y di mi primer llanto de vida.
El misterio de ser única e irrepetible
comenzó nueve meses antes
de aquel día en donde vi la luz.
Crecí con certezas e inquietudes,
aprendí a valorar el día a día,
a veces con las añoranzas del pasado
otras con el vértigo del futuro incierto.
No es fácil despegarse de los tres tiempos.
Los pasados fueron futuros y presentes,
todo es parte del mismo camino,
una cadena de eslabones unidos
que fluye en mi devenir espacio temporal.
Reconozco y agradezco mis experiencias
que me llevaron a victorias y derrotas.
Busco el balance de lo que doy y recibo
de lo que aprendo y enseño a diario.
Respiro a pesar de todas la dificultades,
camino con dignidad desiertos y selvas,
confío plenamente en mi Dios Creador.
Valoro las piedras con que tropecé o caí.
Todo forma parte de este andar incierto
hacia la certeza que es nuestra partida.
Nací y la vida me fue dada como regalo,
voy en búsqueda de dar lo mejor de mí,
no desde el mero tener sino desde el ser,
mis cosas materiales no me definen.
Pretendo no vivir en vano y valoro mi hoy.
Nací, me fue dada la oportunidad de vivir
y deseo que a nadie se le sea quitada.
Solo la gratitud nos hace superar lo difícil.
Es la ley universal, es mi tiempo personal.
Marcela Barrientos 26/08/2022
Derechos de autora Reservados
Argentina
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