A MERCED DEL MAR
Velero sin destino, a la merced del mar,
sólo el viento elegirá su rumbo naútico.
Lejos de la orilla, con miras al ultramar,
el febo esconde su esplendor magnífico.
Lo sigue una bandada, como brújula,
y un perro, tal vez, el único entristecido
viendo partir a su dueño que tripula
a la deriva, sin dirección, enceguecido.
Y en el silencio de esta dolorosa despedida,
más allá del horizonte un puerto lo espera.
A la merced del mar, con su alma aún herida
y las velas que han logrado cruzar la barrera.
MARCELA BARRIENTOS 10/07/2017 Copyright
DERECHOS DE AUTORA RESERVADOS
ARGENTINA
0 comentarios:
Publicar un comentario