Las primeras rosas me las regalaste
un cumpleaños que no pudiste estar.
Llegabas tarde del trabajo y lo entendí,
hoy me queda el recuerdo de tu gesto.
Gesto que repetiste varias veces más
cuando nació mi primer hija fuiste el único
que me trajo un ramo de rosas a la clínica.
¡ cuánto amor en tu mirada aquel día feliz!
Feliz llegabas con tus azaleas cada aniversario
para poner en la mesa que compartiríamos.
Sabes, este año las vi florecer y no estabas
y duele que no estés porque eras necesario.
Necesario como compañero de vida y más,
por eso cada ramo de flores me recuerda a ti
a esa esencia que como marido, padre y abuelo
huelen a pétalos de rosas esparcidas en el aire.
MARCELA BARRIENTOS 06/11/2017 Copyright
DERECHOS DE AUTORA RESERVADOS
ARGENTINA
0 comentarios:
Publicar un comentario