no muten en otro tipo de asociación
pues sus valientes marchas son reconocidas
como la más pura reivindicación de mujeres
que siendo la mayoría ama de casas
salieron en el momento de más opresión
donde el silencio era la mejor postura
a decirle a la humillante dictadura
que ustedes luchaban por saber de sus hijos.
Me alegro cada vez que pueden reconstruir
una relación con sus nietos criados en la ignorancia
de una etapa gris y muy tristemente oscura.
No pierdan el motivo, las que aún quedan vivas
continúen dando valor a los Derechos Humanos,
que sus pañuelos blancos no se manchen
porque son símbolos de amor de madre,
siendo el blanco también el color de la paz.
No pierdan el objetivo, sigan siendo voz
reclamando lo que sin derecho se les quitó.
Marcela Barrientos 30/01/2019 ©®
D.R.A
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