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martes, 1 de octubre de 2019

TEMPESTADES

TEMPESTADES
Quise caminar sola bajo la tempestad,
para tratar de equilibrar mis desequilibrios,
inmersa en el vórtice de mis emociones
tan tormentosas como el día tempestuoso.
Ya nada me mojaba más que mis lágrimas,
ni el agua de mar era tan salado a mi gusto.
Si el clima estaba alterado y el día oscuro
no lo sentía mi cuerpo en ese momento
 pues solo enfrentaba mi propio conflicto.
Quise enfrentar sola mi añeja tempestad
para tratar de aprender de la naturaleza
a volver a la calma tras tanta furia fatal
cambiando mis adversidades en algo a favor.
Sin dudas no estaba fuera la peor tormenta,
sino que era yo misma la atormentada
envuelta en ráfaga de dudas y miedos
que giraban en torno a mi sacudiéndome.
Y alcancé a entender que esto también pasa,
que es cuestión de tiempo y dejarse sacudir
porque a veces son necesarias para alcanzar la paz.
Marcela Barrientos 01/10/2019 Copyright
Derechos de Autora Reservados
Argentina

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