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lunes, 30 de marzo de 2020

FICCIÓN Y REALIDAD


FUNDACIÓN RADIO MARÍA | Publicaciones


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FICCIÓN Y REALIDAD

Belu es una niña de seis años que estaba preparándose para ingresar a la escuela primaria luego de unas vacaciones llena de juegos, travesuras, visitas familiares, viajes  y de ver muchas películas junto a su familia.
Como tiene hermanos mayores, muchas de las películas eran de superhéroes o ciencia ficción, aunque ella prefería las de dibujitos.
En una de esas noches familiares de películas vieron una que no le agradó mucho, pues los niños no jugaban afuera, no podían salir y estudiaban con un robot por computadora. No se veía muy lindo el futuro en esa película y cuando ella quería preguntar el por qué, sus hermanos la hacían callar. Lo cierto es que esa noche se fue a dormir muy pensativa, en ese futuro todo parecía ser muy peligroso para los niños y casi ya no había abuelos.
Pero como toda niña el entusiasmo por el comienzo de clases y el encontrarse otra vez con sus compañeritos la hizo olvidar de todas las preguntas sin respuestas.
El primer día de clases fue emocionante, ahora la maestra tenía guardapolvo blanco como ellos, las clases parecían que iban a ser buenas, ella ya sabía escribir su nombre y algunos de los números.
Todo iba bien hasta que el domingo anterior a la segunda semana de clases la madre le dice que no había clases y que además no podía salir por un tiempo a la calle. Belu no entendía nada, algo le hacía acordar a esa película triste que había visto.
Todo era raro, no eran vacaciones, ya que no podía salir ni a la casa de los abuelos ni los primos y los abuelos debían cuidarse mucho. La mamá le había dicho que podían enfermarse y que era una enfermedad muy mala, pero igual debería hacer tarea, pues la maestra se la enviaría a la madre por el celular y se lo mandarían por la computadora.
La cara de preocupación de la familia no le gustaba mucho a Belu y el tercer día de encierro le preguntó a su madre por qué todos hablaban de un virus, enfermos y muertos.
La madre con cara triste le explicó que en un lugar del mundo llamado China, un virus muy peligroso comenzó a enfermar a las personas y como las personas viajan mucho todos los días de un lugar a otro el virus viajó con ellos y se contagiaron en muchas partes del mundo y también donde ellos vivían y que el único modo que tenían de no seguir enfermándose todos era quedándose en casa y seguir ciertas normas de limpieza para estar más seguros de que nadie se contagie.
Belu quedó muy pensativa y recordó la película, esa que no le había gustado porque no se veían felices los niños, todo era muy triste sin poder salir a ningún lado. Además, ahora la maestra le daría tarea por las redes, no habría recreos con los amigos, ni las tareas compartidas que había prometido la seño.
Lo más triste era que no podría ir a la casa de nadie y nadie podría venir a visitarlos. Ella pensaba mucho en sus abuelos, en sus tíos, primos y sus amigos del barrio y la escuela. Sus hermanos también estaban enojados, los padres hablaban del trabajo y las noticias no parecían gustarles.
Lo único que entendió era que haciendo eso por un tiempo, era lo mejor para todo el planeta y que su mamá le había prometido jugar más tiempo juntas porque ella también debía quedarse en casa, eso no le disgustaba, porque muchas veces la mamá estaba cansada para jugar con ella.
Y lo que si esperaba era que en la vida real no termine como en la película, que todo vuelva a ser como antes, sin necesidad de máscaras, regresar al colegio con los compañeros y los fines de semana salir de paseo o a la plaza.
Marcela Barrientos 29/03/2020 Copyright
Derechos de Autora Reservados Argentina
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