De eso se trata el sentido de la vida,
de dar pinceladas que acaricien el alma.
Uniendo los colores con cada sentimiento,
pintando un arco iris después de las lluvias.
Pinceladas que sean como puentes positivos
para el afán humano de un certero mundo mejor.
Pinceladas que sean como símbolos creativos
de lo espiritual y eterno que liga a la humanidad.
Pinceladas que anulen las insensatas diferencias
donde podamos formar un vínculo de verdadero amor.
Pinceladas que sean una alianza con la creación
para convivir con todos los seres vivos en armonía.
MARCELA BARRIENTOS 18/05/2015 ©
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ARGENTINA
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