Cuando la diferencia se hace indiferencia
lastiman la esencia humana que es la misma.
Sus corazones, faros encendidos en la niebla,
iluminan senderos de ternura y verdad.
Son puertas abiertas a un cielo sin cadenas,
navegantes de un océano profundo y sereno,
donde el viento sopla historias de valientes,
y cada gesto de acercamiento es signo de humanidad .
Caminar con ellos es sentir la brisa,
un abrazo de luz que envuelve el silencio,
como un arco iris que se aferra a la lluvia,
pintando de colores el gris del desconsuelo.
En sus risas hay ecos de un mundo más puro,
donde la maldad no halla refugio ni sombra,
y en su esencia, la belleza brota sin apuro,
un tesoro escondido que espera su descubrimiento.
A ellos, los que vuelan con alas de papel,
les regalo este canto, mi homenaje sincero,
pues son los guardianes de un amor que trasciende,
pues necesitan romper la barrera de la marginalidad.
Marcela Barrientos 03/12/2024
Derechos de autora reservados Argentina

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