Un árbol y un pesebre
Recuerdo a mi madre contarme que el primer Árbol navideño lo armaron cuando yo era niña.Ella tomó la iniciativa y era toda una tradición armarlo junto a un hermoso pesebre.
Generalmente cada 8 de diciembre lo armaban sin mi presencia, al menos hasta los 9 años.Luego ya empecé a intervenir y lo que más me gustaba era el Pesebre.
Envolvíamos ladrillos que hacían de montañas tras la casita, lo llenábamos de pasto artificial junto los pastores y las ovejas, un Ángel sobre el techo que decía GLORIA, la Sagrada Familia, los Tres Reyes Magos, y distintos animales.
El árbol era decorado con globos de distintos tamaños y colores, unos muñecos de nieve, guirnaldas rojas, doradas y verdes y las infaltables luces que titilaban desde el atardecer hasta que nos acostábamos.
Mis primeros años de vida creí en Papá Noel, tradición que heredé y trasladé a mis hijos, prefiero que crean en la magia navideña a todos esos superhèroes que tienen tanta violencia!.
Mis Navidades de niña fueron idílicas y se respetaba la tradición de un Papá Noel con el verdadero significado: el Nacimiento de Jesús.Nunca faltó una oración de mi madre agradeciendo estar juntos.
Marcela Barrientos 23/11/2018 Copyright
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Argentina
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