Querido papá, mi compañero.
mi refugio ante mis tempestades.
Desde que te marchaste siento frío,
nada se asemeja a tu mano tendida,
ni a tu disposición para ayudarnos.
Hoy solo los recuerdos matizan mis días
anidando en mi corazón entristecido
que aún busca tu abrigo y tu consuelo.
Este domingo hubiera sido tu cumpleaños.
Un doble festejo que hoy tiene un gran vacío
un sabor a : "te extraño demasiado, papá",
y me encuentra con la mirada perdida en el cielo
donde ya eres mi estrella guía, mi refugio estelar.
Me dejaste tanto de tu ser como herencia
que de tu raíz inmortal nunca dejarán de crecer frutos.
Dejaste tu semilla en mí y en tus nietos para siempre.
Marcela Barrientos 15/06/2019 Copyright
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Argentina
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