De mujer a mujer, tal vez nunca entendí tu relación con Diego Rivera. Hoy hablaríamos de un amor tóxico, tal vez muy de avanzada para la época cuando se habla que hubo múltiples infidelidades mutuas.
Más aún cuando lo has llamado tu "peor accidente", esos que no se curan con una cirugía y el remedio solo lo tenías tú.
Un amor basado en una profunda admiración en principio, pero recién supiste lo mal que te hacía cuando supiste que te engañó con tu hermana. Entiendo el dolor fuerte por la cercanía del vínculo y te diste cuenta de lo enfermizo que puede ser un mal llamado amor.
He leído muchas de las frases que te adjudican, hoy en día todo está muy mezclado en las redes que a veces no sabemos cuánto hay de cierto en las publicaciones , pero todas ellas hablan de una mujer fuerte, de armas llevar , que nadie te avasallaba. Por eso mismo es que volviendo al principio de mi carta, es que insisto en que jamás entendí tu relación con tu dos veces esposo, más allá de la no convivencia y de los pactos personales entre ambos.
Tal vez tu única debilidad llevaba su nombre. Tú, una mujer que ganó tantas batallas que te hubieran impedido a ser lo que fuiste , un sinónimo de coraje ante todo.Un ícono de los autorretratos, que no significaban egocentrismo sino tu intensa búsqueda de ti misma.
Tu parte eterna, esa que dejaste a las generaciones futuras te corresponden en justo derecho pues como dijiste alguna vez: “El arte más poderoso de la vida, es hacer del dolor un talismán que cura”.
Me despido con tantas o más inquietudes que al principio , por más biografías tuyas que haya sobre ti siempre serán incompletas y me faltara algún dato para comprender tus sensaciones y valorar esas ganas de ser una mujer libre, sin que te condicione tu género.
Marcela Barrientos 26/11/2019 Copyright
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Argentina”.
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