Autora: Marcela Barrientos
País Argentina
Juzgar a la gente por su color de piel
parece cosa antigua de siglos pasados
cuando teorías inventadas por blancos
decían ser superiores a todos los demás.
Sin derecho alguno, según esta infundada teoría,
se los ha esclavizado de la forma más brutal,
vendiéndolos como cosas, explotándolos,
e incluso violando a sus mujeres sin compasión.
Reivindicar sus derechos fue y sigue siendo
necesariamente una toma de conciencia
de que ya nada sustenta ninguna diferencia,
que el color de la piel no es motivo de diferencia alguna.
Y decir esto en este milenio es una burla al sentido común.
Marcela Barrientos 29/11/2019 Copyright
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