Ya no pido abrazos que no se sientan,
ya no espero abrazos, están todos ocupados,
ya no confío en los abrazos hipócritas,
ya no creo en los abrazos de simple deseo.
Comprendí que ya no necesito tantas mentiras,
hoy mientras me miro al espejo me abrazo,
porque sé por todo lo que pasé y estoy pasando,
y también aprendí que nadie jamás te entenderá.
Me abrazo, necesito quererme y auto repararme,
confiar que en mí los potenciales son posibles.
Me abrazo y valoro todo lo que muchos no ven,
¡qué tengo defectos, qué tuve errores!.-¿Quién no?.
Pero no puedo exigir a nadie, ni mendigar afecto,
ahora siento que solo yo soy capaz de reconciliarme
en un abrazo profundo conmigo misma para sanar mi raíz.
Marcela Barrientos 07/12/2019 Copyright
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Argentina
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