La humanidad no es una raza.
ni credos, ni sexos o país,
simplemente nacemos humanos,
compartimos la misma esencia.
Aunque tengamos distintas capacidades,
hablemos otro idioma
o me consideres tu enemiga,
gozamos del mismo respeto,
los mismos derechos y obligaciones.
Aunque las culturas sean diferentes,
es importante la tolerancia
de sabernos imperfectos,
aprendiendo de los errores
que ha costado el creer
que unos son superiores a otros.
Lo primero que se debe enseñar
en todos los países del mundo
es que compartimos la misma raíz,
nacemos, vivimos y morimos
y que depende de nosotros
lograr una convivencia en Paz.
Marcela Barrientos 01/03/2021 Copyright
D-R-A- Argentina
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