Cuenta la leyenda que la señora Luna se sentía muy hermosa y brillante pero a la vez muy apenada de que nadie la admiraba en su esplendor y se lo diga .
Muy preocupada por tamaño dilema decidió consultar con algunas estrellas para que le aconsejen como encontrar un admirador con la única condición que no opaque su belleza única en el firmamento.
Fue así que una de ellas le dijo que si lo deseaba con intensidad seguramente aparecería uno.
Una noche de Luna Llena se concentró en su deseo y brilló como nunca y no pudo creer cuando de la nada surgió un Gato bien negro, casi no lo podía distinguir salvo por sus dos ojos que parecían lucecitas verdes.
Mientras ella orgullosa de haber logrado que alguien haya quedado obnubilado por su hermosura, el gato negro agradecía que con su poder había logrado la magia de crear un objeto en el cielo para iluminar su camino durante las noches.
Es así que según la leyenda los muy presuntuoso creyeron que cada uno había sido el creador del otro.
Cuando la Luna se enteró lo que el Gato suponía decidió dejar de brillar todas las noches así tan llena, dando origen a sus distintas fases por todos conocidas.
Y el Gato cuando la supo tan presumida resolvió que era más confiable salir por el campo durante el día.
Solo nosotros sabemos que aunque se ignoren las noches de Luna llena ambos se admiran desde lejos.
Marcel Barrientos 04-03-2021 Copyright
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Argentina
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