Hemisferio norte
A cuarenta grados de calor
me cuesta creer en un enero frío
pero unos cuantos paralelos más al norte
el invierno convierte el agua en hielo
y congela las hojas de algunos árboles
que prefieren eso a quedarse desnudos.
La noche oscura busca
las luces de los hogares
para encender el calor
que es refugio y armonía.
Las hojas de los árboles
confían en la sabiduría
de la madre naturaleza
y permanecen en quietud
convencidas que volverán
los días primaverales.
Mis eneros son agobiantes
y extrañamente deseo algo de ese invierno.
Marcela Barrientos 15/01/2023
Derechos de autora reservados
Argentina
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