Mi poesía es un reloj de arena,
que se desliza entre mis manos,
cada grano, una palabra,
cada vuelta, una emoción.
Al principio, temblaba como hoja en otoño,
pero con el tiempo, me volví raíz fuerte,
que se aferra a la tierra de la inspiración,
y se eleva hacia el cielo de la creatividad.
Mis versos son gotas de lluvia,
que acarician suavemente la piel,
o rayos de sol que iluminan la oscuridad,
cada uno contando una historia, un sentimiento.
Con el paso del tiempo, mi poesía ha madurado,
como un buen vino envejecido en barrica de roble,
sus aromas son más profundos, sus sabores más intensos,
cada palabra resonando como campana en la distancia.
Y así, me descubro a través de mis versos,
como un pintor en su lienzo, un músico en su partitura,
mi poesía es mi voz, mi alma desnuda,
mi eterno eco en la inmensidad del universo.
Marcela Barrientos 18-03-2024 Copyright
Argentina
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