Tras nuestra necesaria liberación
hemos aprendido a dejar nuestras huellas,
nuestra esencia femenina que envuelve
todo aquello en donde participamos.
Y la poesía ya no es lo mismo sin nosotras,
nuestras letras perfuman el aire
con el encanto del amor pleno y feliz
o el desencanto de los días dolorosos.
En nuestra naturaleza hay misterio,
hay aroma maternal, y a trabajadora,
hay cierto hechizo en el aire que nos acompaña.
El aroma que despide nuestro paso por la vida
es único y definitivamente un sello invencible.
Nada es igual en un ambiente donde estamos presente,
nos hemos dado ese lugar que nos correspondía
como co creadoras vitales de este inmenso planeta.
¿Quién duda de la importancia de la mirada femenina?,
¿a caso no se ocultaron datos históricos invalorables
de nuestro verdadero rol en la historia universal?.
Hoy caminamos más seguras a pesar de tantas contras
pues ya no hay vacilaciones sobre la importancia
de nuestra esencia, de nuestra huella, de nuestro ser.
Marcela Barrientos 29/10/2018 ©®
Derecho de Autora Reservados
Argentina
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