Cuando formas una familia
todo se transforma sin dudas,
cambiamos del yo al nosotros,
ya nada es jamás individual.
He dejado horas de sueño
cuando un hijo enfermaba,
he abandonado actividades,
lo prioritario eran los demás,
no había tiempo para mi.
La lectura antes de dormir
fue una de las cosas que dejé,
en parte por el típico cansancio
de jornadas a veces extensas.
Los hijos exigen su propio lugar
tanto como los mismos esposos
como mujer debí repartirme entre todos
y varias veces olvidarme de mi misma.
Marcela Barrientos 05/09/2019 Copyright
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Argentina
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