Me considero fanática del otoño,
de sus hojas doradas y vitales,
que cobijan muchas cosas ignoradas,
entre ellas nutrientes para el invierno.
Hay una razón para su existencia natural
pero el ser humano fingiendo superioridad
le quita la importancia de esta estación única,
a la que desprestigian por la desnudez arbórea.
Hoy quiero reivindicar su valor y belleza,
el otoño es parte de la sabia naturaleza,
y cumple su complejo papel con dignidad
para que la respetemos en su totalidad.
Marcela Barrientos 30/09/2019 Copyright
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Argentina
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