A ustedes, gobernantes, representantes del pueblo,
elegidos por nuestra voluntad soberana y democrática
quiero manifestarles mi oposición a tantas medidas
que no apuntan al bienestar común de nuestro pueblo.
A ustedes, indolentes, que nos dominan
y mienten,
perversos apóstoles de la arrogante elocuencia
en cada elección que se avecina, ¡Ya basta!
-mansos súbditos-, nos sublevaremos en cada esquina.
Siempre es una la clase que pierde lo poco que tiene
en beneficio de grandes empresarios locales o extranjeros,
que ni les importa cerrar una fábrica y despedir a los obreros
aumentando el nivel de pobreza a niveles cada vez mayor.
Miren la pobreza que generan, bastardos animales
convertidos en esclavos de la avaricia y la riqueza,
cada niño que muere por no tener pan en la mesa,
será martir de la vida y una mancha en sus conciencias.
Y fomentar lo peor : la educación subordinada a ideologías,
los grandes mercados negros internacionales de drogas,
la trata de blancas y el tráfico de donación de órganos.
Ninguno de los acuerdos internacionales se cumplen por la corrupción.
¡Oh, degradantes noctámbulos cual manzanas podridas,
desleales a la patria, arrodillada y vencida,
todo lo paga la muerte, todo se cobra la vida,
fuera villanos, el infierno los espera en sus filas.
Marcela Barrientos
Eduardo A. Sobral.
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