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miércoles, 2 de enero de 2019

DUETO CON EDUARDO SOBRAL

CREMACIÓN: LIBERACIÓN DE LAS ALMAS

Todo evoluciona, todo cambia rápidamente
y ni tus exequias se salvan de esta realidad.
Ya no es común la cristiana sepultura de antaño,
pues lo normal es que nadie visita los cementerios.

Por eso la cremación, desintegrando los cuerpos,
es una liberación para quienes lloran sus restos,
"eres polvo de la tierra y a ella has de volver",
esparcido en las cenizas por los aires del ayer.

Lo más práctico a la hora de la despedida final
es que cremen tus restos mortales y seas cenizas.
Una vez que el alma pase a la infinita eternidad,
el cuerpo ya deja de tener un sentido espiritual.

¿Para qué agusanar el cuerpo en una cárcel de madera
tán fría como la piedra cuando la abraza la hiedra?
Que el alma vuele los cielos liberada de su esqueleto,
besando la cara amada con los suspiros del viento.

No he tomado una postura cierta en mi caso,
si he aceptado la voluntad de mi padre de ser cremado,
ya que no quería la vidriera falsa de muchos velorios
y decía que lo que no se hizo en vida no vale al final.

Pues demos luz a las tinieblas, con desición acertada,
dejemos que el cementerio se contente con pisadas
de gente que lleva el recuerdo clavado como una daga,
y crememos la osamenta de las personas amadas.

Marcela Barrientos
Eduardo A. Sobral

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