La vorágine de las calles
se detiene frente a ellos,
personajes urbanos atemporales.
Ofrecen sus oficios con simpatía
por allí se escuchan aún pregones
unos invitan a un café calentito,
algunos te lustran los zapatos
otros te venden las noticias frescas
y hasta los niños de los semáforos
que te limpian los vidrios con rapidez.
Cafetero que desde tempranito
bajo el gélido frío te ofrece calor aromático.
Lustrabotas que dejan brillantes
los zapatos de los transeúntes de a pie.
El canillita grita las noticias del día
y se reinventan para no perder vigencia.
Y los trapitos tan audaces e impertinentes
contra una ley que los prohíbe y censura.
Un paisaje urbano que se nutre
de estos personajes incomparables
herederos de sus antepasados pregoneros,
vendedores ambulantes infaltables
que solo pretenden ganarse el mango
con oficios tan humildes como honestos.
Marcela Barrientos 28/10/2022
Derechos de autora reservados
Argentina
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