Ya no existen los océanos,
el suelo arrugado de grietas
alfombra el planeta tierra.
Los mares sucumbieron
y el paisaje terrestre se viste
de una sequía yerta e infertil.
Yo encontré refugio seguro
en una botella salvadora.
Desde allí en mi soledad
observo el desolado hábitat.
Los surcos quiebran terreno
la aridez grita en el desierto
mientras yo sueño que nada es real.
Marcela Barrientos 04/12/2022
Derechos de autora reservados
Argentina
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