HONESTIDAD
La honestidad comienza en uno mismo,
si somos fieles a lo que sentimos no herimos,
es lo que se pide tanto a los funcionarios públicos
como a nosotros, ciudadanos comunes.
La decencia, tan perdida en estos momentos,
el no solo pensar bien sino actuar del mismo modo,
ya nos acostumbramos al doble discurso político
donde se proclama y se proponen ciertos cambios
que jamás llegan a cumplirse en la realidad.
La honestidad no es corrupta, la honestidad es responsable.
La aprendí de mi padre, un hombre trabajador y honesto
jamás se quedó con nada que no le correspondía,
Ese es mi legado, la mejor herencia que pude recibir.
Marcela Barrientos 15/04/2019 ©®
Derechos de Autora Reservados
Argentina
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