El amor eterno se desintegró,
se murió mi amor tras sueños incumplidos,
sin un horizonte al que llegar,
sin un puerto seguro al que amarrar.
Quedó atrás la ilusa perspectiva de lo infinito,
la cruda realidad golpea fuertemente
y teje una emboscada sin salida,
¡ya no resisto más golpes invisibles!
Se murió mi amor tras un desierto sin oasis
con días agobiantes de calor infernal y espejismo,
seguidos de noches de frías miradas de reproche.
¡Adiós, sin un horizonte en común, todo acabó!
Marcela Barrientos 04/08/2019 ©®
Derechos de autora reservados.
Argentina.
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