Cuarahú - Yara o el pombero
Cuarahú -Yara, el "dueño del sol ", es un duende viejo, pequeño, feo y peludo al que se lo considera el protector de la naturaleza y también posee un genio impredecible por lo que es de temer a la hora de las calurosas siestas correntinas. Era conocido por castigar a aquellos que causaban daño a los animales o plantas.
Como todo niño, Julián no creía en mitos ni leyendas, menos aún si le impedían hacer lo que quería y salir a la hora de la siesta era su debilidad. Su madre se cansaba de repetirle que un día el Pombero, otra manera de llamarlo, lo iba a llevar muy lejos si él no hacía caso.
Una siesta imposible de soportar el calor Julián se fue a la casa de su amigo Lucas para salir juntos hacia el bosque pero su padre salió y le dijo que su hijo no salía a esa hora y le advirtió que se fuera a su casa.
Cerca de donde vivían había un bosque con una laguna interior, él estaba acostumbrado a ir con su abuelo o su padre pero jamás ni solo ni a esa hora.
Ese día con coraje decidió ir aunque su amigo no lo acompañase. Cuando ya estaba dentro del bosque sintió como si un árbol caminara, algo completamente ilógico.
Con algo de miedo recordó que el pombero podía transformarse en árbol cuando las aves corrían peligro pero ese recuerdo no calmó su temor. Encima no tenía ninguna fruta para calmar su enojo.
En el silencio se siente un canto de un pájaro, Julián presintió que estaba cerca. Una planta de mburucuyá estaba al frente de él, corrió y tomó algunos de sus frutos maduros. Mientras hacía esto, escuchó el ruido de unos pies y una sensación de ser observado.
Me está observando, cree que voy a dañar algún nido_ pensó el niño.
_ Pombero, Pomberito, te dejo estas frutas y mi palabra que no dañaré a tus nidos _ dijo en voz alta.
Como respuesta un raro silbido se escuchó y el árbol movió sus ramas en forma extraña.
El calor era menos intenso, no sabía cuanto tiemppo llevaba allí, la sed y el cansancio lo hizo detenerse.
Un disparo alertó a Julián que se dio cuenta que tal vez lo estaba buscando su familia.
_ Acá estoy_ intentó gritar pero solo fue un suspiro inaudible.
Dos brazos fuertes lo levantaron y en una especie de delirio reconoció a los brazos de su madre.
_ Estoy aquí _ le susurró.
Esa noche , ya en su cama, la luna llena en la ventana y el canto del urutaú le confirmó la presencia de Cuarahú-Yara, el duende defensor de los bosques. Entendió que era una advertencia si volvía a desobedecer a sus padres.
N. R. : Corrientes es dueña de muchas leyendas de origen guaraní. Una de la más conocida y hasta por muchos creída en la actualidad es la del Cuarahú- Yara o pombero entre tantos otros nombres con los que se lo llama.
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